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viernes, 14 de marzo de 2014

La música de True Detective



Matthew McConaughey como Rust Cohle



La banda sonora de la primera temporada de la serie de televisión de HBO, a cargo de T-Bone Burnett. The Handsome Family, The Black Angels, Captain Beefheart, Bo Diddley, The Melvins, Grinderman, Wu Tang Clan, entre otros.

No hay que ser un especialista en la materia para reconocer el talento de T-Bone Burnett en una banda sonora. Prolífico productor musical con una dilatada carrera y varios premios, entre sus grandes logros personales se destaca haber tocado la guitarra junto a Bob Dylan en la gira Rolling Thunder Revue.

Yo le presté atención por primera vez por su notable labor en la banda sonora de ¿Dónde estás, hermano?, película de los hermanos Ethan y Joel Coen de 1999. También colaboró en la música de El gran Lebowski, film anterior de los cineastas con los que ha trabajado en varias ocasiones.

Su relación con Hollywood es larga, en películas como Johnny y June: pasión y locura (2005) y en Loco corazón (2009), entre otras. En los últimos meses se ha lucido en la serie de televisión de HBO True Detective, sobre la que definió su tarea como si fuera “trabajar en la banda de sonido de una película de ocho horas”, al ser entrevistado por el sitio web Mother Jones.

Hasta los primeros días de enero pensé que no podía haber una sola banda de sonido que en los últimos tres años le llegara, en su versatilidad, extravagancia y riqueza, a los talones a la del videojuego Grand Theft Auto V , lanzada en setiembre de 2013 lo hizo Robbie Robertson en la banda sonora de El lobo de Wall Street, película de Martin Scorsese. Pero llegó la primera temporada de la nueva serie de HBO y la cosa cambió. La canción de estilo folk murder ballad de los créditos iniciales “Far From Any Road”, a cargo de The Handsome Family, me llamó la atención como también a decenas de miles de televidentes de todo el mundo. Climática, espectral y con una intro precisa para lo que expondrá la serie: el paisaje de Louisiana (niebla, ceniza, pantanos, pastizales, ruta) como bucólico escenario del horror, donde dos detectives (Rust Cohle y Marty Hart, interpretados por los actores Matthew McConaughey y Woody Harrelson respectivamente) investigan durante diecisiete años una serie de asesinatos de niños y mujeres vinculados con una secta satánica. Con esta canción ya se podía avizorar la vigencia de la inquieta visión de Burnett, además de la importancia del título para la serie (“Lejos de cualquier camino”).



Pero Burnett apenas comenzaba. En el mismo capítulo piloto llegó otra elección: “Young Dead Men”, primera canción del disco Passover (2006) de The Black Angels, banda relevante de rock psicodélico y alternativo de la última década, oriunda de Texas —la que con otra gran canción de mismo disco, “Black Grease”, está presente en la banda de sonido de Grand Theft Auto V. “Entonces comiencen a hacer las putas preguntas correctas”, dice el detective Rust Cohle a sus interrogadores en el final del capítulo. Lapidarios McConaughey, Burnett y la guitarra de Christian Bland, de los Ángeles Negros.



En el segundo capítulo “Seeing Things” (Viendo cosas) queda en evidencia la importancia de la mixtura entre la psicodelia y el folk para Burnett. Volviendo al folk, en un encuentro del detective Hart con la joven Lisa se escucha “Train Song”, de la inglesa Vashti Bunyan, artista que amagara con una prominente carrera en la década de los años setenta y que pasara al olvido durante años, salvo para artistas que la consideran “de culto” y para Burnett, quien la rescata y nuevamente desde el título y el clima de la canción define con economía una relación entre dos personajes.



Hablando de “ver cosas” el capítulo cierra con el descubrimiento por parte de los detectives de un mural en una iglesia en ruinas y nuevamente con rock psicodélico. Y, como los Black Angels, también de Texas. Pero en este caso una cruda psicodelia de 1966 y con mucha menos distorsión: "The Kingdom of Heaven", de 13th Floor Elevators, liderados por el gran Roky Erickson.

Dentro de la variedad de la banda sonora, Burnett se esmera asimismo en la profundidad de personaje. Un ejemplo claro es cuando Cohle, solo y encerrado en su habitación con alcohol y cigarrillos, pasa la noche estudiando decenas de documentos y fotografías de mujeres asesinadas. A modo de ironía en relación con la obsesión de Rust, éste escucha la canción “Clear Spot” (1972), del paladín de la psicodelia Don van Vliet, célebremente conocido como Captain Beefheart. “Tengo que correr muy lejos para encontrar un lugar a salvo”, canta el Capitán. Asimismo, la letra de esta canción es perfecta para la descripción visual de la Louisiana de True Detective.



Un momento notable de la serie llegó como un quiebre, o para algunos un clímax anticipado. Hasta el capítulo 4, mitad de la temporada, críticos y buena parte del público comparaban el rumbo de la serie, y de la investigación, con Zodiaco (David Fincher, 2007) en el hecho de que hasta el momento se había hablado demasiado pero aún no se había disparado una sola bala y ni siquiera los detectives habían desenfundado sus armas. Pero todo terminó con “Who Goes There”, cuando el director Cary Joji Fukunaga (quien dirigió los ochos capítulos de la temporada) rompió el silencio con un raid que comenzó con la presencia del detective Cohle en una sórdida fiesta de motociclistas en la que de forma acorde suenan “A History of Bad Men”, de The Melvins y “Holy Mountain”, de Sleep y que culminó con un largo plano secuencia de seis minutos (sin edición, sin cortes) con éste metido en un robo de droga y una posterior balacera y persecución en un complejo de viviendas. 



Por si al espectador aún no le quedaba claro el efecto de caos, con las sirenas de la policía y el vuelo de un helicóptero aún de fondo con la caída de los créditos finales, Burnett despide el capítulo con "Honey Bee (Let's Fly To Mars)" de Grinderman, de su disco homónimo de 2007, con Nick Cave en la voz.

Estas no son todas las canciones que se pueden escuchar en la primera temporada de la serie. Solo una selección. Entre otros, también son parte de la elección de Burnett: Lucinda Williams (“Are You Alright?”), Gregg Allman (“Floating Bridge”), Bo Diddley (“Bring It To Jerome”), Ike & Tina Turner (“Too Many Tears In My Eyes”), The Kinks (“Tired Of Waiting For You”), Black Rebel Motorcycle Club (“Fault Line”) y Wu Tang Clan (“Clan In Tha Front”).

Llegó a su fin la primera temporada de True Detective. Un puzzle que en su celosa construcción para la televisión evoca a la onírica Twin Peaks (David Lynch, 1990-1991). Un caso criminal en el que se destacó la importancia de llamarse Rust Cohle y la importancia de llamarse Reginald Ledoux. Un micro universo con mitología adaptada, donde los símbolos “Carcosa” y el “Rey Amarillo” mantuvieron en vilo a millones de espectadores la ciudad ficticia Carcosa lo hizo con el escritor Ambrose Bierce, evidente influencia de la serie. Un viaje al corazón de la oscuridad en busca de luz, con la inevitable referencia a Joseph Conrad. Su creador, el escritor Nic Pizzolatto, trabaja en lo que viene con la novedad y el reto de contar otra historia, con nuevos actores y nuevo director detrás de cámara. Pizzolatto se queda. Espero que lo mismo ocurra con Burnett.



 





Nota publicada en agencia Uypress (11/3/2014)

lunes, 28 de octubre de 2013

Sunday Morning: Lou Reed muere a los 71 años



El artista neoyorquino murió este domingo, en su ciudad, a los 71 años. Líder de The Velvet Underground y con una versátil carrera como solista refundó el rock n' roll e influenció a generaciones de músicos alrededor del mundo.

Cantante, guitarrista, frontman, poeta, escritor, pintor. Cultor del avant-garde, protegido de Andy Warhol. Artista. Provocador. Perseguidor. Un animal del rock n' roll. Lewis Allen Reed murió este domingo a sus 71 años en su residencia de Southampton (Nueva York).
 
La causa fue una larga enfermedad que le tomó el hígado. Meses atrás había sido intervenido con un trasplante en Ohio. Estaba delicado.

Peel Slowly & See

En los años sesenta del siglo XX, junto con John Cale, Sterling Morrison y Maureen Tucker formó The Velvet Underground. "La banda de los protegidos de Andy Warhol", artista vanguardista radicado en Nueva York y refundador del arte moderno. La música de la banda era oscura, estridente, una patada de bota de cuero en la cara al flower power triunfal del oeste californiano. Camperas de cuero, lentes oscuros por las noches y jeringas de mano en mano en tugurios y callejones de Manhattan. Canciones como "I'm Waiting For The Man", "Heroin", "Venus in Furs" y "The Black Angel's Death Song" lo dejaron patente. Aquella voz de Reed no fue la de una generación: fue la de una ciudad que hace rato mutó. Un testimonio y tesoro que respira, grita y medita por siempre.
 
En 1967 lanzaron su primer disco: The Velvet Underground & Nico (junto con la modelo alemana Nico en la voz, jugada marketinera de Warhol tras una sugerencia del rolling stone Brian Jones). En los dos años posteriores el álbum no los consagró salvo en un más que reducido círculo (en sus primeros años de vida no vendieron más de 30.000 copias con suerte, según testimonio de Brian Eno). En 1968 publicaron White Light/White Heat, donde reinan la distorsión y el hermetismo artístico. En 1970 llegó el fin de la banda, pero en los años posteriores lentamente se comenzó a hablar de la Velvet como una banda de culto: la actitud, el sonido, la vanguardia.

Su influencia es inabarcable: desde los primeros discos de David Bowie, pasando por T. Rex, Iggy Pop, Roxy Music, Sex Pistols, Talking Heads, The Cure, Sumo, R.E.M., Sonic Youth, Nirvana y The Strokes. Hay una frase célebre, dicha por varios músicos de diferentes maneras a lo largo de las décadas sobre el carácter fundacional de la banda: "Siempre fue la Velvet Underground..." ("It was always The Velvet Underground").


Take no prisoners

En la década del setenta, Reed lanzó discos dispares: Transformer (1972) fue recibido con beneplácito por la crítica y sus canciones "Perfect Day", "Satellite Of Love" y "Walk On The Wild Side" sonaban en las radios estadounidenses como ninguna otra canción de su fatídica Velvet. Un año después salió Berlin, disco introspectivo como terrible ("Kids" y "Sad Song"): una ópera sobre la historia de dos drogadictos en la capital alemana. En 1975 publicó Metal Machine Music y tan solo el crítico musical Lester Bangs lo celebró: una ópera de guitarras y sintetizadores, sin bajo, voz y batería, donde reinan una estridencia y un caos que dejan a White Light como una canción de cuna. La respuesta de Reed a su discográfica que le pedía un nuevo Transformer. Una gran broma, un disco imposible, un delirium tremens hacia el infinito. Hay miles de fanáticos de Reed que jamás escucharon más de cinco minutos, y mucho menos por completo. (También hay miles que hoy visten remeras con la banana de Warhol de la portada del primer disco de la Velvet y jamás escucharon el disco más allá de "Heroin").

Luego llegaron Coney Island Baby (1976), Street Hassle (1978), The Blue Mask (1982), New York (1989), entre otros. La carrera de Reed fluctuó entre aciertos y desaciertos pero siempre bajo retos que el fanático de la poesía de Delmore Schwartz y de Arthur Rimbaud se imponía.
 
En 1992 lanzó Magic and Loss. Un disco hermoso, sobre la magia y la pérdida, la vida y la muerte, particularmente esta última. La quinta canción del disco es "Sword of Damocles", dedicada a un amigo que falleciera a causa de una enfermedad terminal, como tantos otros cercanos al artista. Los arreglos (particularmente la intro) y el ritmo son dantescos, generando un clima de vertiginosa soledad hasta un punto final. Pero Reed, según dijo al New York Times su doctor personal, de apellido Miller, murió rodeado de seres queridos que estuvieron a su lado en una mañana de domingo. Si la espada de Damocles estaba sobre su cabeza, solo Lou lo sabía.

Dreamin' - Escape

Reed vivió sus excesos años antes de crear la Velvet, y entre 1966 y 1975 mucho más: en los años setenta padeció la adicción a la heroína como pocos, pero a su desgarro siempre lo convirtió en arte. Magia y pérdida. En la década de los ochenta su vida cambió: dejó sus viejos vicios (porque se moría) y brindaba pocas entrevistas en las que hablaba de su acercamiento a lecturas sobre filosofía oriental y del Tai Chi, disciplina que comenzó a practicar. En noviembre del 2000, como parte de su gira sudamericana del disco Ecstasy, dio un concierto en el Teatro de Verano de Montevideo. En 2011 grabó el disco Lulu junto a Metallica. En los últimos años se lo vio recorriendo las calles de Nueva York en bicicleta: unas calles que caminó en mil y una noches y que conocía como la palma de su mano, esa que dejó tesoros como "Sunday Morning", "Stephanie Says", "Pale Blue Eyes", "Perfect Day" y más, mucho más.

"Lou murió dando pelea; hizo sus ejercicios de Tai Chi tan solo una hora antes de morir", dijo el doctor Miller al New York Times.



Publicado el domingo 27/10/2013 en la agencia de noticias Uypress

miércoles, 12 de junio de 2013

...Like Clockwork, de Queens of the Stone Age



Es de noche en el desierto del Valle de Coachella, en California. Una de las tantas noches de los últimos seis años, desde el lanzamiento del Era Vulgaris. Un largo silencio de la banda de Palm Desert se rompe con ...Like Clockwork. Josh Homme y los suyos están de regreso. Y con invitados: Trent Reznor, Alex Turner, Jake Shears y Elton John. Sí, Elton John.

Buena parte de la crítica y la industria en general, han tenido la necesidad de calificar fenómenos musicales con palabras que los trasciendan y así generar nuevas tendencias e identificación en el público. Modas para algunos, estilos de vida para otros. Pregúntenle al punk, al grunge, a la new wave. En el caso particular de Queens of the Stone Age, para definirlos, les colocaron las etiquetas desert rock y stoner rock. Pero en realidad no es tan difícil intentar una aproximación al sonido de la banda: partiendo del hard rock alternativo, una mezcla abierta de géneros, que muta desde el heavy metal de los primeros discos de Black Sabbath en los riffs de guitarra de Homme (ya conocidos en su etapa en la banda Kyuss) hasta la distorsión lograda por Steve Albini en las grabaciones de In Utero de Nirvana. Influencias más directas del rock de los años 70 y 90 que del de los 80, como también del blues de los 40 y mucha psicodelia, moldean un sonido caleidoscópico, denso y original.

En el caso de ...Like Clockwork, sexto disco de la banda, se presenta un paisaje bucólico. Es profunda la noche en el desierto y están rodando cine de terror. Las diez canciones que lo componen crean un clima que con el apoyo de los arreglos en la edición de sonido (vidrios rotos, fuerte viento) parece narrar una críptica road-movie sin jamás perder continuidad. (De hecho, como promoción del disco, la banda lanzó en su web un videoclip animado de 15 minutos de un medley con algunas canciones, realizado por Boneface en los dibujos y Liam Brazier en la animación). Volviendo a la música, como claro ejemplo está la intro de la canción que abre el disco: "Keep Your Eyes Peeled", que cuenta con la colaboración en las voces de Jake Shears, cantante del grupo electro-pop Scissor Sisters. En el castillo de las Reinas de la Edad de Piedra, Homme y Shears pueden encontrarse en una canción. Desde el comienzo, la advertencia es clara: hay que tener los ojos bien abiertos.

Una de las más salientes características del nuevo trabajo son las letras, el crudo manifiesto de Homme. Directo, sin vueltas. Si una frase puede resumir qué tiene para decir Homme en 2013, queda explícito en "Smooth Sailing": "I blow my load over the status quo / I'm risking always, no second chance". Digamos que al hombre le importa muy poco el statu quo (la actual escena del rock, de la que forma parte su banda) y mucho arriesgar, mientras conduce con comodidad esta canción con guitarra funky y la canta en falsete.

"The Vampyre of Time and Memory" destaca la madurez de la banda. Una balada que desde sus arreglos, y en calidad introspectiva entre voz, piano y guitarras, recuerda claramente a The Wall de Pink Floyd. Junto a esta sorpresa experimental, es necesario mencionar la séptima canción: "Fairweather Friends", con Homme en pleno delirio lisérgico junto a Elton John de soporte, que marca el ritmo desde el piano y los coros junto a los ex Queens Nick Oliveri y Mark Lanegan.

En "If I Had a Tail" se suma Alex Turner, voz y guitarra de Arctic Monkeys, banda que en 2008 lanzara, bajo la producción y tutela de Homme, su mejor disco hasta la fecha: Humbug (uno de los imprescindibles de los últimos diez años, desvalorizado por la crítica). La batería de Dave Grohl (ex Scream, Nirvana y actual líder de Foo Fighters), que toca en seis de las diez canciones, marca el ritmo inicial para el quejido lascivo de Homme: "Quiero chupar / Quiero lamer / Quiero llorar / Quiero escupir". Todo bajo un ritmo funky con la distorsión adecuada.

En "Kalopsia", Trent Reznor (Nine Inch Nails, How to Destroy Angels) se suma a la canción que con seguridad plasma la mayor versatilidad de la nueva formación de la banda. Las guitarras de Fertita y Van Leeuven, el bajo de Shuman y la presencia del exbaterista Joey Castillo responden en la melodía inicial, para luego detonar sin perder el ritmo. "My God is the Sun", con Grohl en batería y Shuman marcando el tempo, es un hit rockero ineludible: el clásico sonido garage de la banda, consolidado con la llegada de Grohl en la época del Songs for the deaf (2002) y previamente desarrollado en Rated R (2000).

El cierre es con la canción que da nombre al disco: "...Like Clockwork". La película pronto se fundirá a negro, mientras Homme recurre al piano y nuevamente a su voz en falsete para el final. Mientras su canto se aleja y se despide con la frase "Todo es cuesta abajo desde aquí", Queens of the Stone Age regala una hermosa canción, perfecta para culminar el disco más honesto e introspectivo de su carrera.

Canciones:
1. Keep Your Eyes Peeled
2. I Sat by the Ocean
3. The Vampyre of Time and Memory
4. If I Had a Tail
5. My God is the Sun
6. Kalopsia
7. Fairweather Friends
8. Smooth Sailing
9. I Appear Missing
10. ...Like Clockwork

Miembros:
Josh Homme (guitarra, voz)
Troy Van Leeuwen (guitarra, teclados)
Dean Fertita (guitarra, teclados)
Michael Shuman (bajo)
Jon Theodore, Dave Grohl, Joey Castillo (batería)




Grabado en Pink Duck Studios (California). Producción: Josh Homme, Queens of the Stone Age, James Lavelle. Duración: 45:59. Matador Records. 2013.

domingo, 27 de noviembre de 2011

El funeral blanco: Faith No More en Uruguay




Para el miércoles 9 de noviembre, meteorología pronosticó alerta naranja por fuertes vientos y precipitaciones en Montevideo. Lo que no avisó fue que a las 22 horas llegaba la alerta roja al Parque Rodó, el funeral blanco, la presentación de Faith No More.

La alerta naranja, por parte de meteorología, vaticinaba para el miércoles fuertes vientos y precipitaciones en Montevideo: a las 16 horas salió el sol, a las 18 cambió para gris, con lluvia y truenos; a las 22 el cielo estaba despejado, cuando Faith No More pisó el blanco escenario del Teatro de Verano, cerrando la tercera y última fecha del festival Primavera 0.

Previo al estreno de los californianos, el ex Peyote Asesino y Kato, Fernando Santullo, abrió la tercera y última jornada del festival Primavera 0 bajo una lluvia torrencial, la que el cantante aprovechó para ambientar varias de sus canciones con su estilo misceláneo funky, rap, hip-hop y tanguero: “La humedad”, “Al viento”, “Esencia”, “Pa’ bailar”, “Solo” —cover de Los Estómagos—, “Más abajo” —de su etapa en Kato—, y un cierre a todo “peyote” con los invitados Carlos Casacuberta y Pepe Canedo para tocar “Cable pelado”.

What a day

En una palabra, para ser breve y pertinente con la banda: épico. Así fue el concierto que los californianos dieron en el Parque Rodó en la noche del miércoles. Poco después de las 21 horas, la densa lluvia daba tregua en el Parque Rodó, mientras técnicos y plomos preparaban el funeral blanco. Se venía algo importante: un escenario albo, con coronas de flores, rosas, claveles y jazmines rodeando parlantes y la fosa.



Sobre las 22 horas, finalmente, llegó la alerta roja, con sus cinco integrantes vestidos de blanco: Mike Bordin (batería), Roddy Bottum (teclados), Bill Gould (bajo), Jon Hudson (guitarra) y Mike Patton (voz), de bastón, pisaban por primera vez un escenario en Uruguay.

La banda brindó un repertorio de sus clásicos: la apertura con la instrumental “Woodpecker from Mars”, “From out of nowhere”, “Midlife crisis”, “Caffeine”, “Evidence”, “Ashes to ashes”, “Epic”, “Last cup of sorrow” —su videoclip, uno de los tributos y parodia audiovisual más dignos del film Vértigo, de Alfred Hitchcock—, “King for a day”, “Just a man”, la libérrima “We care a lot”, una nueva y “misteriosa” canción, de la cual los fans en las redes sociales ya han comenzado a generar especulaciones, y los covers “Delilah”, “Easy” y “Started a joke”, de Tom Jones, The Commodores y los Bee Gees respectivamente.

Durante el concierto, los californianos se mostraron serviciales y hasta sorprendidos ante el público más cálido de las tres fechas del festival, que la lluvia mortificó durante la espera. Gould y Bottum intercambiaban palabras en un forzado español con acento mejicano, Bordin con toda su clase y método en la percusión, y Patton fue por más, como costumbre: desde la versión en español de “Evidence”, pasando por su intacta calidad de magnífico crooner (“Easy”, “Ashes to ashes”, “Just a man”) hasta sus clásicas arremetidas como un león herido, al estilo de Phil Anselmo, vestido como pae religioso, en “Cockoo for caca” y en “Surprise! You're Dead!”. La última canción de la noche fue “I started a joke”, el cover de los Bee Gees, que Patton refundó.

Faith No More pasó por Uruguay y dejó algunas cosas en claro: aunque lleven catorce años sin sacar un nuevo disco, están más vigentes que nunca; como moneda corriente, la mutabilidad de estilos y la retroactiva potencia en vivo de la banda; una puesta en escena admirable —por lejos, la mejor en la historia del Teatro de Verano—; la perenne ambigüedad de su líder, Mike Patton, ese enorme y versátil cantante, uno de los más notables que no sólo dio el rock alternativo, sino la historia de la música. En resumen, este fue uno de los conciertos más trascendentes que pasaron por nuestro país. Fue un funeral blanco, toda una despedida, toda una bienvenida.




Setlist:

    1. Woodpecker From Mars / Delilah
    2. From Out of Nowhere
    3. Cuckoo for Caca
    4. Caffeine
    5. Midlife Crisis
    6. Evidence
    7. Easy
    8. Ashes to Ashes
    9. Epic
    10. The Gentle Art of Making Enemies
    11. Last Cup of Sorrow
    12. King for a Day
    13. Stripsearch
    14. Surprise! You're Dead!
    15. Just a Man
    16. (Canción inédita)
    17. We Care a Lot
    18. I Started a Joke

El comienzo del show: “Woodpecker From Mars” y “Delilah”.

viernes, 11 de noviembre de 2011

The eternal noise: Sonic Youth en Uruguay




Una de las presentaciones más esperadas de este año en Uruguay se concretó este martes, cuando Kim Gordon, Thurston Moore, Lee Ranaldo y Steve Shelley —junto al ex Pavement, Mark Ibold— pisaron el escenario de un Teatro de Verano prácticamente colmado.

Previo al show, los argentinos Banda de Turistas, con su rock psicodélico e influencias rockabilly y beat, abrieron la jornada. Luego de su breve performance, con recepción fría del poco público presente, cayó la noche y llegaron los uruguayos La Hermana Menor, liderados por Tüssi Dematteis, repasando canciones de sus discos Todos estos cables rojos (2007) y Canarios (2010). La banda, que no suele realizar estas performances poco intimistas al aire libre, se manejó con oficio ante la recepción del público. El show osciló entre climas y funcionó: desde el arranque con “Inútil” hasta “Parque Rodó”, destacándose el trabajo de percusión en conjunto de Pol Sónico (Supersónicos) y José Nozar (Buenos Muchachos).



La Hermana Menor

Luego del climático concierto de La Hermana Menor, llegó el huracán. Apenas pasadas las 22 horas, Sonic Youth se estrenaba en vivo en Uruguay. Abrieron, como costumbre en su actual gira, con “Sacred Trickster”, primer track de The Eternal (2009), con la juvenil Kim Gordon —de increíbles 58 años— irrumpiendo, micrófono en mano; junto a Ranaldo y Moore, ensimismados en su sonido “noise”, experimental, que la banda fue precursora desde sus comienzos en 1981: estridencia pura, coordinación entre pedales varios y los sonidos con los palos de batería, o con la mano abierta sobre las cuerdas. A esto sumarle los bombazos de ese gran baterista llamado Steve Shelley. El huracán había llegado.

A mi lado, cerca de las primeras filas, alguien encendió un porro: quizá como celebración de lo que comenzaba, acomodándose. Luego llegaron “Calming the snake”, y clásicos como “100%”, “Sprawl”, “Eric’s Trip”, “Sugar Kane”, “Teenage Riot”, la maquinaria y metálica “Brave men run (in my family)”, y una de las más esperadas por el público: “Death valley 69”. Durante este tema, vi que seguía a mi lado el fumador, ahora quieto y pasmado, y quizá hasta perseguido por la violencia del sonido.



Sonic Youth

"Tom Violence" fue el final, tras los incesantes aplausos y gritos de un público que no se conformaba. Asimismo, en los bises, hubo “duelo” de guitarras entre Ranaldo y Moore: literal, utilizándolas como espadas, como si fueran guerreros de la distorsión. Que lo son.

La juventud sónica pasó por Uruguay. Y arrasó.


Setlist:

1. Sacred Trickster

2. Calming the snake

3. Starfield Road

4. 100%

5. Eric’s trip

6. Sprawl

7. Cross the breeze

8. Schizophrenia

9. Flower

10. Drunken

11. What we know

12. Teenage riot

13. Sugar Kane

14. Brave men run / Death Valley 69

15. Tom violence


“Sacred Trickster”, vivo en el Teatro de Verano:

viernes, 17 de diciembre de 2010

Cancionero rock de los 90' (Top Rock Hits 90')






"It's a brand new era, it feels great
It's a brand new era but it came too late".
Pavement, Newark Wilder



Top 25 hits of the 90's que la rockean. Luego de arduas negociaciones, amenazas, traiciones, humaredas y cautelas varias, esta sala de redacción llegó a dar con su Cancionero Oficial de los años noventa del pasado siglo. La premisa fue intentar redondear un sonido, o los más representativos (junto con las letras de las canciones elegidas) para enviarlos a la luna así quizá algún extraterrestre alerta capte el comunicado.


25 - Symphony of Destruction, Megadeth
24 - A-320, Foo Fighters
23 - April, 29, 1992 (Miami), Sublime
22 - No rain, Blind Melon
21 - Dirty boots,
Sonic Youth

20 - Deep Kick, Red Hot Chili Peppers
19 - Bulls on parade, Rage Against the Machine





18 - Supersonic,
Oasis
17 - Basket case, Green Day
16 - Karma Police, Radiohead
15 - Them bones,
Alice in Chains



14 - Loser, Beck
13 - Un ángel para tu soledad, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota
12 - Black hole sun,
Soundgarden
11 - Blur, The Universal

10 - Enter Sandman, Metallica

9 - Toes across the floor, Blind Melon



8 - 1979, The Smashing Pumpkins
7 - Suck my kiss, Red Hot Chili Peppers
6 - Gold Soundz, Pavement



5 - Interstate love song, Stone Temple Pilots
4 - You could be mine, Guns N' Roses
3 - Losing my religion,
R.E.M.



2 - Corduroy, Pearl Jam

1 - Smells like teen spirit, Nirvana
















martes, 9 de noviembre de 2010

Rémy Duroc e Iggy Pop



La Bestia Pop


Iggy Pop es el puto amo. Es fama. Uno de los pocos humanoides que me realmente me caen bien. No serán más de veintitres quienes lo lograron: Abraham Lincoln, Roberto de las Carreras, Jorge Newbery, Andrés Mazzali, son parte de la escueta lista. Otros de la misma, aún viven. Recordemos que alguna vez Iggy cantó: "I'm livin' like a dog.... and I'm bored". No seré yo, felino, quien critique esta sentencia, claro está. A mí, Rémy Duroc, me gustaría prepararle unas margaritas y daiquiris al viejo Iggy, servirle una chocolatada, algún que otro "fist" de Jack Daniels o una grappa con limón, sentados en una piscina de plástico en Las Toscas, Solís o Cuchilla Alta. Cualquiera de estos tres destinos. Quizá podría ser en alguna piscina de Hollywood. No problem with that...

Animal, gracias por tanto; por I wanna be your dog (según Dylan, la mejor canción escrita sobre los perros), por no conocer el miedo al ridículo, por sincero, picante, por ser un salado, por climáticos momentos como en Nightclubbing -con el inolvidable y profético "beat" incluído-, por reconocer ser un idiota pero sin perder la lujuria. Por jugarte la ropa, tigre viejo. Por pelar.

Funtime, estimado Pasajero.
Funtime
.



R. Duroc.-



(Extraído de "Cuarta de las siete vidas" -
Epílogo: Una de las siete se me fue en un estornudo-).







Sick Boy: It's certainly a phenomenon in all walks of life.
Renton: What do you mean?
Sick Boy: Well, at one time, you've got it, and then you lose it, and it's gone forever. All walks of life:George Best, for example. Had it, lost it. Or David Bowie, or Lou Reed.
Renton: Lou Reed, some of his solo stuff's not bad.
Sick Boy: No, it's not bad, but it's not great either. And in your heart you kind of know that although it sounds all right, it's actually just shite.
Renton: So who else?
Sick Boy: Charlie Nicholas, David Niven, Malcolm Mc Laren, Elvis Presley...
Renton: OK, OK, so what's the point you're trying to make?
Sick Boy: All I'm trying to do, Mark, is help you understand that The Name of the Rose is merely a blip on an otherwise uninterrupted downward trajectory.
Renton: What about The Untouchables?
Sick Boy: I don't rate that at all.
Renton: Despite the Academy Award?
Sick Boy: That means fuck all. It's a sympathy vote.
Renton: Right. So we all get old and then we can't hack it anymore. Is that it?
Sick Boy: Yeah.
Renton: That's your theory?
Sick Boy: Yeah. Beautifully fucking illustrated. [con énfasis en acento a lo Sean Connery]


viernes, 8 de octubre de 2010

The Pixies en Uruguay (7/10/2010)




Muchos de los presentes quizá hasta que no los vieran en el escenario aún no podían creer un 100% que la histórica banda de Boston estuviera en Uruguay. Pero así fue, cuando Black Francis, Kim Deal, Joey Santiago y David Lovering comenzaran el show con la indómita “Bone Machine”. Era real.

Pixies es una de esas bandas que si a uno le agrada, está prácticamente obligado a tenerle cariño. Así suele ser la música ante las emociones. Desde los que comenzaron a tocar la guitarra imitando los riffs de Black y Santiago hasta los que se sonrojaban con temas como “Here comes your man”. Y es una banda que cimentó e hizo escuela en la escena alternativa-indie no sólo de Estados Unidos, sino de todo el mundo. Desde Nirvana a Radiohead, desde bandas de Bangladesh que no conocemos hasta los uruguayos Buenos Muchachos. Les deben mucho. Les debemos mucho. Y ayer lo disfrutaron miles de uruguayos, por primera vez en su propia casa. Vaya lujo.



Buenos Muchachos

La lluvia en la tarde noche amenazó pero ahí quedó. Y todo estuvo bien. Desde la Rambla a un costado, y un pequeño espectáculo circense en la puerta, y entrar a esperar que los locales Buenos Muchachos subieran al escenario a telonear. A cumplir un sueño, de tocar una noche junto a los Pixies. Su show fue compacto y emocionante, lo que no es novedad. Con la ausencia de su guitarrista Gustavo Antuña "El topo", pero con presencias como la de Ignacio Gutierrez en teclados y Pol Sónico (Supersónicos, La Hermana Menor) en percusión, tocaron temas representativos de todos sus discos: “He never wants to see you (once again)”, “Desestrés”, “Cecilia”, “El faro”, “La isla era un camalote” (el tema más importante de los últimos quince años de la escena local), “Pavimento del buen muchacho”, “De a 2 mejor”. Un buen aperitivo para lo que llegaría luego. 

Here comes your band 

Y los históricos de Boston subieron al escenario. Con puntualidad. Desde el comienzo de “Bone Machine” el público se exaltó para pronto entregarse a una estampa de una banda profesional, que no dejó nada por dar en los 90 minutos que pisó por primera vez un escenario en Uruguay. El sonido del método, de una guitarra inconfundible de Santiago, la brillante Kim Deal con su bajo que por momentos parece su tercer brazo, o una segunda boca, en “Debaser” volvió loca a la multitud.

El concierto fue una marea de sus grandes éxitos. No faltaron “Wave of Mutilation”, “Monkey gone to heaven”, “Hey”, y la complaciente “Here comes your man”; Black gimió como perro en celo en la inigualable “Tame”; “Velouria”, “Gouge away”, “Crackity Jones”, "Break my body", “Vamos” y los presentes cantando, todos sonrientes.

“Caribou”, otro momento hipnótico en la fresca noche y otra prueba del sonido como bofetada a los presentes. Clase y puntualidad. Luego vino “Isla de Encanta” y un shock eléctrico a varias generaciones de fanáticos en el Teatro de Verano. El show se fue con la inconfundible “Where’s my mind?” y “Gigantic”.

A los cuatro músicos se los vio distendidos, en gracia musical y con presencia, más allá que no presentaran nuevos temas pero arremetieran con clásicos. Pero tocaban ante un público que estaba en trance. Lo lograron con clase. Hay equipos de fútbol que cuando logran una gesta ante un clásico rival, una goleada, un campeonato ganado de atras, suelen cantar “No se olvida más”. Ayer, hasta las hormigas que bordeaban alguna palmera cercana, podrán asegurarlo de este show.


Black Francis "on fire"

Setlist:

1 - Bone Machine
2 - Broken face
3 - Nimrod's son
4 - Holiday song
5 - Something against you
6 - Debaser
7 - Tame
8 - Wave of mutilation
9 - I bleed
10 - Here comes your man
11 - Monkey gone to heaven
12 - Mr. Grieves
13 - Crackity Jones
14 - La la love you
15 - N° 13 baby
16 - Gouge away
17 - Hey
18 - Velouria
19 - Dig for fire
20 - Cactus
21 - Break my body
22 - Caribou
23 - U-Mass
24 - Isla de encanta
25 - Vamos

26 - Where's my mind?
27 - Gigantic

28 - Planet of Sound


M. Dávalos.-








lunes, 25 de enero de 2010

Metallica en Buenos Aires (Viernes 22/01/2010, Estadio Monumental de Nuñez).






Por donde empezar... Uno (sin considerarse fanático) siempre rescató a Metallica como banda, como camino desde el comienzo de los años 90' por un tema de edad y por lo que representaban a uno en aquellos años, los que conformaron el "thrash rock" o "heavy", o lo que venga. Personalmente, no soy de rotular. Por ello, tomándome un paréntesis en semejante diátriba, los ubicaría en el estilo thrash.

Sobre esta visita de Metallica a Argentina se habló mucho, que hasta no venían los que alguna vez representaron y fueron, sino que en su lugar vendría "Mercenallica", "Chetallica", Pesetallica... Conozco gente que le hubiese encantado verlos dentro suyo, pero decidieron faltar a la cita por el affaire del año 2003, el fiasco, cuando plantaron a miles con entrada en mano, cancelando la visita a aquella Argentina (alegando "cansancio físico") levantándose apenas del K.O luego del caótico 2001. Decisiones.

La noche del viernes fue memorable. Y mucho más si uno se encontraba en el "campo" del estadio de River Plate. Si se empieza a comentar, podría decirse que telonearon a los San Franciscanos, a primera hora O' Connor y a continuación León Gieco y D-Mente. Sí... no hay error: León teloneó a Metallica. El show del ex- Hermética estuvo "tight" y con la sorpresa de ver al "tano" Romano en la viola (otro ex de la banda referente del heavy argento). Hubo temas clásicos (Otro día para ser) que el público recordó coreando. Luego, cayó el folclorista a plantarse con su armónica y criolla ante la jauría, la cual lo respetó en su repertorio. Andrés Giménez lo acompañó con su proyecto "D-Mente": Canciones de Gieco con fondo "heavy". Quizá no hubiera estado mal para el público haber enrocado a las dos bandas. La gente levantó con el show de O´Connor y, claramente, bajó temperaturas con el de León.


Ride the Lightning

Era hora. El campo era una masa uniforme. Uno, que ha sido agraciado por haber visto algunas bandas internacionales por estos lares como así en Europa, se sintió dichoso en haber estado en semejante fiesta. Y no sólo celebración del metal, o del heavy, sino de la música como tal. Se apagaron las luces, pasada la hora estipulada (21 hs) y la masa humana tomaba forma, en las pantallas asomaba el instrumental-intro a cargo de Ennio Morricone junto al lente de Sergio Leone: The Ecstasy of Gold. Mientras se sucedían las imagenes del video le comenté a mi amigo: "Nos vamos a perder, vamos a ver cuanto tiempo estamos así". Menos de un minuto. Se fue la intro y la masa explotó con Creeping Death y chau amigo, chau yo, y sentir que se le vuelan las pelucas de miles de cabezas, y saltar, agitar, poguear, que te muevan, te lleven. Todos en la misma, juntos, abajo del escenario. Y si a esa muerte escalofriante le siguen Ride the Lightning y Fuel, se pone todavía más picante. Arriba, los cuatro jinetes al palo decidieron pegar con The Four Horsemen, con la estampa de Hetfield, jovial como inapelable y el circense Lars Ulrich dandole bomba a su batería Tama vigilado por el bajo de la "araña surfer" Robert Trujillo.


Master of Puppets fue una demencia. Fade to Black, conmovedora como Nothing Else Matters. Del nuevo disco, Death Magnetic (2008) sonaron That Was Just Your Life, The End Of The Line, Broken, beat and scarred, The Judas Kiss. Enter Sandman fue el tema donde todas las personas del campo saltaron y poguearon. Todas. En Battery tuve el privilegio y valor (?) de meterme en una "ronda" o "wall of death", donde a comienzo del tema los implicados corrían en círculo formado para cuando los músicos apretaban el acelerador cruzarse al medio, corriendo y pechándose, donde quien caía era levantado de inmediato y llamativamente aparecían personajes de cierto grado de obesidad que parecían salir de la nada, y ahí tomaban el centro de la escena. Los que los pechaban, simplemente volaban, generando con suerte alguna que otra cosquilla en estos personajes. Yo fui uno de los que voló lejos. One es el himno de la banda. Toda una declaración de su disco (más político si se quiere) And Justice for all... La pirotecnia y las llamas que salían a propulsión del escenario dejaron boquiabiertos a quienes peludeaban, o ya sentían en carne propia y con sonrisas, moretones y sudor.

En un punto del concierto, Hetfield pidió disculpas por el fiasco del año 2003, sin vender humo de más, y esperando redimir con el show. Llamativamente, el unico miembro "presentado" por parte del frontman fue Kirk Hammett. Como si lo necesitara... Llegaron los "bises" y sorpresivamente eligieron Stone Cold Crazy, cover de Queen. Fight Fire With Fire aplanó y se encendieron las luces del estadio para que Seek & Destroy ultrajara lo ultimo que le quedaban a músicos como al público, gigantesco pogo mediante.

Al caminar por las calles de Buenos Aires estos días no era extraño ver cientas de personas con alguna camiseta o del concierto o de la banda. Al ver lo del viernes 22, no quedan dudas que Metallica es un monstruo. Y hoy destila llamativa vitalidad. Andan volando. Yo vi explotar River. Con la justificación y sus mañas comerciales Metallica ha generado polémica, pero a no olvidar que estos tipos "crearon" con estilo propio en cierto momento histórico del rock (San Francisco, circa 1981-1983). Que no se olvide. Que sea música.



M. Dávalos.-






Temas:


1 - The ecstasy of gold
2 - Creeping death
3 - Ride the lightning
4 - Fuel
5 - The four horsemen
6 - Fade to black
7 - That was just your life
8 - The end of the line
9 - Sad but true
10 - Broken, beat and scarred
11 - The Judas kiss
12 - One
13 - Master of Puppets
14 - Battery
15 - Nothing else matters
16 - Enter Sandman

Bises:

- Stone Cold Crazy
- Fight fire with fire
- Seek & destroy





lunes, 2 de noviembre de 2009

Cobain y Los Brujos



Suenan bien estos Brujos (?)


En 1992 Nirvana visitó Argentina. Tocaron en la cancha de Velez, Buenos Aires. La leyenda señala que a Cobain le propusieron algunas bandas argentinas para telonearlo. Al escuchar unos temas de la banda argentina "Los Brujos", a la banda de Seattle le quedó todo claro. Se dice que el rubio quedó flasheado por la canción "Kanishka", de la cual podría ser que se le haya quedado trancado en el cerebelo el riff principal. Asimismo, en la noche del concierto, el frontman de Nirvana vio el show de los argentinos, quienes abrieron la noche, a un costado del escenario. Le gustó.

La noche de aquel concierto tuvo sus cosas. Cobain trajo una banda de chicas desde Seattle llamada
Calamity Jane, apadrinada por él mismo para telonearlo. Las chicas tocaron después de Los Brujos. El público argento no fue receptivo y les tiró hasta con lo que no encontraba a mano cuando las féminas tocaron, y el zurdo violero se ofuscó. Su revancha fue en su show, al hacer amagues de su tema más en boga "Smells like teen spirit", para nunca realizarlo. El humor de Cobain esa noche no fue el mejor, no sólo por este problema, sino porque el segundo año de la década de los noventa lo tuvo bastante a mal traer, con una mochila tirana más que pesada y con lamentables problemas físicos. Igualmente, el show de Nirvana fue inolvidable, según testimonios. Los músicos hasta improvisaron un tango con sus inconfundibles distorsiones "bass-treble".

En 1993 Nirvana graba In Utero con el "plomero" Steve Albini. El séptimo tema del disco "Very ape" parece tener un parecido (influencia, guiño) con "Kanishka", tema de aquella banda que los teloneó en el sur de América, de la cual a Cobain le quedó un buen recuerdo.


Kanishka
, de Los Brujos:





Very ape, de Nirvana:






Gracias a Diego "El alemán" de Hurlingham




jueves, 1 de octubre de 2009

Humbug, de Arctic Monkeys (2009)





Humbug es el reciente tercer disco de estudio de los (Sheffield finest) Arctic Monkeys. La banda de gurises ingleses se hizo famosa por aquel corte I bet you look good on the dance floor, mediante redes sociales de internet (MySpace). Al salir el primer disco en 2006 llegaron a vender en su debut más que cualquier otra banda inglesa. Pero esto no es un análisis de mercadotecnia, así que, mejor, algunos comentarios sobre el disco.

Los pibes se fueron a grabar al desierto norteamericano (Estudio "Rancho de la Luna" en Joshua Tree, California) bajo la tutela del frontman de los Queens of the Stone Age, Josh Homme. Y el resultado resultó ser más que bueno. El álbum es un "grower", y tiene la influencia de Homme en el sonido conocido que mejor conoce, el llamado "stoner/desert rock". Bajaron ir al palo para escarbar. Reciben la influencia de los Doors, de Black Sabbath, con los brazos abiertos y ojos todavía más. Los pibes crecieron. Y en Humbug se nota.

Musicalmente los pibes de Sheffield bajan algunos ritmos conocidos en sus dos discos anteriores y pasan a rozar melodías de menor tempo, y el cantante y guitarra Alex Turner juega con el reverb y su voz. Bienvenida la psicodelia en la viola de Jamie Cook. Diez canciones. My propeller es un arranque alentador; Secret door se pone trippy; la balada Cornerstone puede recordar a viejos temas como "Mardy Bum" o "Fluorescent adolescent"; Pretty visitors puede parecer sacada de una adaptación musical moderna de La caída de la Casa Usher, del Señor Poe; Dangerous animals es un temazo, marcado por el ritmo del batería Matt Helders; The jeweller's hands es un buen final al disco, sin excesos. En alguna edición internacional se encuentra el cover del tema de Nick Cave Red right hand.



Temas:

"My Propeller"
"Crying Lightning"
"Dangerous Animals"
"Secret Door"
"Potion Approaching"
"Fire and the Thud"
"Cornerstone"
"Dance Little Liar"
"Pretty Visitors"
"The Jeweller's Hands"




Dangerous animals, en vivo:






M. Dávalos.-








viernes, 3 de julio de 2009

A 40 años de la muerte de Brian Jones



Click para leer articulo


Acá se lo recordará con algunas fotografías. Hacerlo con música, creímos, sería demasiado baladí. Hacerlo con palabras, un crímen.


El músico en su elemento


Con Jimi Hendrix


John Lennon leyendo sobre su muerte


Junto a Keith, un alto en la gira tomando margaritas



Lewis Brian Hopkin Jones (1942-1969).




martes, 14 de abril de 2009

Led Zeppelin llegando a Honolulu



Led Zeppelin (de izq a der): John Bonham, Robert Plant, John Paul Jones, Jimmy Page


1969 fue mucho más que el final de una era y década. Fue una noche de agosto en la dirección 10050 de Cielo Drive, Hollywood; fue Hunter Thompson escribiendo algo sobre Haight-Ashbury. Fue Altamont.

Hacía cuarenta años, el fotógrafo Robert Knight retrataba a Led Zeppelin llegando al aeropuerto de Honolulu, Hawaii, con los masters en mano de lo que sería su segundo disco, Led Zeppelin II.

Primero se llamaron "The New Yardbirds" (Jimmy Page fue guitarra de la banda The Yardbirds), luego pasaron a llamarse Led Zeppelin (zeppelin de plomo) por un chiste mufa del baterista de The Who, Keith Moon.

En enero de 1969 debutaron con Led Zeppelin I, y en octubre del mismo año su segundo trabajo, Led Zeppelin II. De los masters que llevan los ingleses en la foto, quedaron nueve canciones. Jimmy Page adquiere el mote de "patrón de la guitarra" con sus archifamosos riffs en temas como Whole Lotta Love o en Heartbreaker. Asimismo, es inolvidable lo que logra en la batería John Bonham en Moby Dick. En The Lemon Song, el bajo John Paul Jones levanta vuelo como si estuviera viajando en una escalera al cielo. What Is And What Should Never Be
es un tutorial de canto por parte de Robert Plant.

Este disco le aportó tanto al rock n' roll como tal como el equipo de Brasil del mundial de 1970 al fútbol mundial.



Temas:

1. Whole Lotta Love (Bonham / Dixon / Jones / Page / Plant) - 5:34
2. What Is and What Should Never Be (Page / Plant) - 4:44
3. The Lemon Song (Bonham / Jones / Page / Plant) - 6:19
4. Thank You (Page / Plant) - 4:47
5. Heartbreaker (Bonham / Jones / Page / Plant) - 4:14
6. Living Loving Maid (She's Just a Woman) (Page / Plant) - 2:39
7. Ramble On (Page / Plant) - 4:23
8. Moby Dick (Bonham / Jones / Page) - 4:21
9. Bring It on Home (Page / Plant) - 4:20



Integrantes:

Jimmy Page - Guitarra
Robert Plant - Voz, armónica
John Paul Jones - Bajo, órgano
John Bonham - Batería, percusión