
Bigelow
realiza su mejor película hasta la fecha, que puede ser comprendida
como un díptico junto a Vivir
al límite (2008),
la que le valiera con justicia el premio Oscar como Mejor Directora.
Dos thrillers post 11 de setiembre que reflejan con acierto
cinematográfico el síntoma de paranoia estadounidense, traducido en
la (in)acción operativa tras sus objetivos. Una guerra aún sin
final.
La
película relata una obsesión que se centra en Maya (Jessica
Chastain). Una agente de la CIA que por un lado actúa como núcleo
de la historia, al liderar la búsqueda de su objetivo; y por otro
lado actúa como un fantasma: una mujer cautiva en un escenario
mayoritariamente ocupado por hombres, ya sean marines, diplomáticos
o terroristas prisioneros. Su objetivo es la imagen que alimenta su
obsesión: Osama bin Laden, líder de Al Qaeda e ideólogo de los
ataque terroristas a las Torres Gemelas de Nueva York y al Pentágono
el 11 de setiembre de 2001.
Maya,
a cuya vida privada no se hace referencia más allá de su tarea, es
claramente analítica. Los conflictos y reveses de una organización
con evidentes fallas logísticas como burocráticas no la aplacan,
sino que por el contrario generan una energía que la motiva y
compromete. Un compromiso que le lleva horas, días, meses y años
frente a fotografías de rostros de terroristas, escuchas telefónicas
-que recuerdan a la serie de televisión The
Wire
(David Simon, 2002-2008)- y videos de torturas, en las que asimismo
participa.
La
noche más oscura
(Zero Dark Thirty) comienza con la pantalla negra. Voces, silencios y
gritos se suceden el día del atentado en 2001. Dos años después se
presenta a la protagonista y el modus operandi de la CIA para obtener
información: la tortura a prisioneros. Tanto Bigelow como el
guionista Mark Boal -que repiten su colaboración luego de Vivir
al límite-
no plantean un dilema ético de la táctica de intimidación, sino
que solo la exponen en la práctica. Sobre este punto, en Estados
Unidos se ha atacado a Bigelow por la condición de "apología
de la tortura" de su película, estrategia que no habría
llevado realmente a atrapar a Bin Laden. Asimismo, ha sido criticada
por no tener en cuenta testimonios oficiales de funcionarios
vinculados a las administraciones de Bush y Obama a lo largo de la
última década. El peso de la historia oficial. Otros van aún más
allá, como la activista política Naomi Wolf, que la califica de
"servidora de la tortura" y hasta la
compara con la cineasta alemana Leni Riefenstahl,
lo que es un desacierto: Leni escondió el terror con su cámara,
mientras Bigelow aquí lo expone. Por su parte, directora como
guionista han manifestado que recurrieron a anónimas fuentes
internas de la CIA, testigos de los detalles de la cacería a Bin
Laden. Estas fuentes no reveladas son vinculadas por otras voces con
las tácticas de tortura lideradas por el triángulo
Bush-Cheney-Rumsfeld entre 2001 y 2006, aprobadas por la CIA, a las
que habrían tenido acceso. Voces y más voces. "Si estás en lo
cierto, todo el mundo querrá participar. Mantente firme",
alguien le dice a Maya en un momento de la película.

En
poco más de dos horas y media de duración, el film se divide en dos
partes independientes pero que se retroalimentan: la obsesión
personal de Maya con Bin Laden, que incluye un derrotero
estadounidense comenzado en el gobierno de George W. Bush y
continuado por Barack Obama junto a sus países aliados, hasta el
clímax, el raid final de la caza al terrorista.
Una
característica saliente de Bigelow como directora destaca el
análisis de la causa y el efecto de la adrenalina y cierta
alienación que provoca en sus personajes. Hay una evolución desde
sus primeros pasos que incluyen el fresco western de terror Los
viajeros de la noche
(1987), a Bodhi surfeando las olas en Punto
Límite
(1991), hasta la calidad que refleja el momento actual de su carrera.
Hay escenas tanto en Vivir
al límite
como en La
noche más oscura
que recuerdan al Alfred Hitchcock de Psicosis
(1960) en la tensión generada mediante la metódica composición de
planos y encuadres. El ejemplo consagratorio en Bigelow es en el
clímax de La
noche más oscura,
con la llegada y entrada de los marines a la casa-fortaleza en
Abbottabad (Pakistán), donde fue hallado y ejecutado Osama bin Laden
el 2 de mayo de 2011. El timing
escogido por la directora -como en ocasiones lo ha hecho Hitchcock-
no es in crescendo, sino que la tensión impacta desde el inicio, con
el vuelo rasante de los helicópteros entre las montañas para evitar
la detección en la frontera entre Afganistán y Pakistán. Una vez
dentro de la fortaleza, el uso de la cámara en tiempo real,
especialmente con planos subjetivos de los marines con visión
especial, mantiene la tensión -método del que varios directores del
cine de terror y suspenso de hoy en día deberían tomar apuntes- por
lo que ocurre en el práctico y violento raid, y logra, a modo de
contraste, retratar la profunda oscuridad en los interiores del
recinto puerta por puerta.

Por
otra parte, el film no solo es notable por el uso de cámara y la
velocidad de los climas que logra Bigelow, junto al apoyo de la
fotografía de Greig Fraser, en el raid o en la tensión que provocan
las persecuciones en las calles de Pakistán o un atentado terrorista
en Londres. El guión de Mark Boal es fundamental para la
construcción de Maya, con el acierto de proyectar una trama basada
en un derrotero nacional y una soporífera investigación y obsesión
personal -la que por su estilo narrativo recuerda al guión de James
Vanderbilt en Zodíaco
(David Fincher, 2007)- sin recurrir a la necesidad de actuaciones de
terceros para arropar al personaje central, llevado con mesura por
Jessica Chastain (El
árbol de la vida;
Historias
cruzadas).
En
La
noche más oscura,
Bigelow no glorifica un triunfo patriótico tras la caza al enemigo
número uno de su país: prefiere sintetizar la obsesión de Maya con
su soledad en un avión militar, al sustraerle una posible condición
incuestionable de heroína con un simple plano medio corto íntimo y
liberador de un gran vacío.
Dirección: Kathryn Bigelow. Guión: Mark Boal. Fotografía: Greig Fraser. Música: Alexandre Desplat. Montaje: William Goldenberg y Dylan Tichenor. Elenco: Jessica Chastain, Jason Clarke, Joel Edgerton, Jennifer Ehle, Kyle Chandler, James Gandolfini. Duración: 157 minutos. 2012.
Trailer:
Dirección: Kathryn Bigelow. Guión: Mark Boal. Fotografía: Greig Fraser. Música: Alexandre Desplat. Montaje: William Goldenberg y Dylan Tichenor. Elenco: Jessica Chastain, Jason Clarke, Joel Edgerton, Jennifer Ehle, Kyle Chandler, James Gandolfini. Duración: 157 minutos. 2012.
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