lunes, 3 de mayo de 2010

“Rémy Duroc y el sueño como panacea”






El sueño como panacea. Que así sea. Cuando se logra debe ser algo intrínseco, efímero y sagaz. Cuando me decido descansar bajo un techo, elijo las casas. Al entrometerme, aunque haya calor, me debo a las frazadas, tanto por proximidad como regodeo. Si entro a una habitación y no hay ninguna a la vista, dejo la habitación y busco otro hogar.

Sobre lana sintética, mi cuerpo siempre me brinda una indiferencia querible. Allí es cuando mientras uno es tomado en displicencia por este espejismo madre, lo exterior sugiere un campo de acción que levemente contrasta con lo interior. Uno puede soñar: despatarrado, bajo un quincho, frente a la cálida arena de una playa, acompañado por daiquiris, margaritas y ronroneos propios y vecinos mientras perros y bueyes practican wakeboard en el mar, bajo la intermitente trompeta del gran Boris Vian, desprendida del breve parlante de una rancia radio spica; soñar el enfrentamiento con la representación de una formidable ciudad de papel con un gigante crucero aéreo viajando entre nubes; conjeturar el fallido intento de Max Ernst frente a la idea de Europa después de la lluvia III y IV; soñar con una pulga verde de veinticinco metros digiriéndome lentamente; soñar con un partido de tenis de diez horas y media de duración; o simplemente soñar con una pantalla o una bandera negra. Son oportunidades. Pero mientras esto sucede, a veces, ciertos personajes (siempre con sus ojos abiertos) se acercan a uno, quizá con la intención de formar una imagen.

En el momento cuando esta fotografía fue tomada, todos los integrantes de la foto estábamos soñando. La dueña de la casa me la hizo llegar, días después, y yo la comparto, en beneficio al concepto que intento describir.




R. Duroc.-





* Extraído de "Segunda de las siete vidas".






5 comentarios:

Lucía dijo...

Mortal! Vida eterna a Mr. Duroc, sus amigos y ocurrencias.

josef dijo...

Sueños gatunos muy humanizados. Quizá es por aquello de las siete vidas. o a lo mejor nadie sabe el porqué y tampoco importa, cuando lo principal es encontrar el lugar donde echarse un rato a dormir.
UN abrazo.

Werty dijo...

Excelente lectura!!!
Otro autor que no concia. Nunca fui muy apasionado de la literatura, pero estos textos que pones la verdad es que estan muy buenos!

Saludos!

Anónimo dijo...

Este gato manda!!!! Si si si.

TORO SALVAJE dijo...

Que vida más descansada.
Ojo atento y seis vidas por delante.
Gracias por mostrarla.

Saludos.