jueves, 4 de octubre de 2012

Salvajes, de Oliver Stone



La película, basada en la novela homónima de Don Winslow, evidencia el regreso de Oliver Stone al género policial; un ejercicio cinematográfico de acción y violencia que recuerda dos ejemplos imprescindibles en su filmografía: su dirección en Asesinos por naturaleza (1994) y su adaptación del guión de Scarface (Howard Hawks, 1932) para el remake de Brian De Palma de 1983.

En Salvajes, Chon (Taylor Kitsch) y Ben (Aaron Johnson) viven la gran vida en la paradisíaca Laguna Beach, frente al Pacífico. El motivo de su éxito y fortuna: cultivan la mejor marihuana. Ambos jóvenes viven con O (Blake Lively), a quien aman, y el sentimiento de esta hacia ellos es recíproco. Un perfecto ménage à trois. La chica es el nexo entre los dos amigos de diferentes personalidades: Chon es un exmarine con experiencias en Afganistán e Irak, temperamental y con tendencia a la fuerza bruta; mientras Ben, calmo y racional, es un facultado estudiante en botánica adepto al budismo. O, voz en off mediante, resume los extremos: con Chon cogemos, es como si quisiera sacarse la guerra de adentro; con Ben es diferente, hacemos el amor. Oliver Stone y la fotografía de Dan Mindel explicitan este paraíso terrenal con imágenes de la costa californiana típicas de un video de promoción turística: planos medios y generales de jóvenes surfers y chicas con cuerpos bronceados y esbeltos, planos aéreos del océano...

Pero en la novela de Winslow, entre el paraíso y el infierno hay un puente estrecho sin purgatorio. El infierno, la amenaza al idilio de los tres jóvenes, es el cártel de Baja, liderado por Elena (Salma Hayek), secundada por su matón Lado (Benicio del Toro) como verdugo. La organización mexicana, ante una guerra interna, fija su objetivo en los exitosos Ben y Chon. Para llamar su atención, apuntarán a O, su punto débil, lo que dará comienzo a una guerrilla fuego contra fuego entre los productores independientes y el inquieto monopolio.


A medida que se desarrolla la trama, el guión a tres partes por Winslow, Stone y Salerno este último uno de los guionistas de Armageddon (Michael Bay, 1998)insiste en los estereotipos para definir y diferenciar los bandos, aunque los acuse a ambos de salvajes: los jóvenes estadounidenses por su deseo de vivir en la naturaleza, siempre fieles a su triunvirato así lo confirman las intervenciones de la voz en off de O a lo largo del film, mientras los mexicanos mantienen sus códigos internos, pero siempre con motosierra en mano y cabezas rodando ante las eventuales amenazas a su negocio.

Dentro de las actuaciones, regulares, Del Toro y Johnson se destacan; como asimismo John Travolta en el rol de Dennis, un corrupto y carismático agente de la DEA. En Salvajes, Stone realiza guiños a Asesinos por naturaleza en busca de una atmósfera visual desde el contraste entre el uso de colores cálidos y saturados y el blanco y negro hasta los primeros planos al sádico Lado, y a Scarface en la actitud honesta del trío de salvajes. Aunque Stone cae en la acumulación de clichés y vueltas de tuerca en el guión que alternan drama, policial y romance, poco verosímiles según el montaje, finalmente acierta en proponer un camino alternativo a la novela de Winslow luego de respetarla. La voz en off de O lo revela desde el comienzo: "Es ese tipo de historia en la que las cosas se salen demasiado de control". En suma, así es la película de Stone y así son sus salvajes.





Dirección: Oliver Stone. Guión: Don Winslow, Oliver Stone, Shane Salerno. Fotografía: Dan Mindel. Elenco: Blake Lively, Aaron Johnson, Taylor Kitsch, Benicio Del Toro, John Travolta, Salma Hayek, Demián Bichir, Emile Hirsch. Duración: 131 minutos. Universal Pictures.



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