miércoles, 7 de abril de 2010

"Nadie encendía las lámparas", de Felisberto Hernández (1947). (Sudamericana).







En Nadie encendía las lámparas Felisberto se consagra como el escritor más ingenioso de las letras uruguayas. La invención se tiñe de “fantástica” por catalogar algo que quizá sea incatalogable. El voyeurismo, el fetichismo y el erotismo habitan en cada uno de los cuentos de éste libro impar. A su vez se forma un gran universo donde objetos como partes del cuerpo humano toman vida propia, más allá de la conciencia.

Cada uno de estos diez cuentos es un inmediato clásico, donde su personaje principal es el propio Felisberto Hernández: ese cuentista que lee a oscuras, el pianista desventurado, el alucinante acomodador, el intruso de casas ahogadas y espaciosas, el perspicaz escucha de extrañas mujeres y matronas, el caballo. Es esa penetrante primera persona que mama y en varias ocasiones desafía al surrealismo, quizá sin darse cuenta. Pocas veces en la literatura latinoamericana el “yo” tuvo tanto significado propio.


Nociones filosóficas (con llamativas influencias socráticas y bergsonianas) nadan en estas páginas y nunca lo hacen a la deriva, como en otros casos donde se intenta colocar de los pelos esta disciplina sobre la literatura. Cuando se habla de la obra de este escritor resulta más apto hablar de una “psico- (i)lógica” (concepto adjunto a su precursor y amigo Carlos Vaz Ferreira), que de una psicología fundamentada.


Felisberto era ante todo un pianista, y hay pasajes en este libro donde parece que uno no sólo está leyendo palabras, sino que por el contrario, uno puede sentir a alguien tocar el piano, y esto se debe a la composición de su método original de escribir con su método como pianista plasmados sobre sus palabras. En ciertas ocasiones su elaboración literaria dista de ser erudita, donde se puede encontrar cierto parentesco en dicho punto con la prosa de Roberto Arlt.


El humor en Felisberto es de una distinción elegante y lo coloca como un “outsider” dentro de las letras uruguayas. En Muebles “El Canario”, el cuento más breve del volumen, es casi imposible que lo increíble que pasa sobre los ojos del lector no provoque una sonrisa.


Felisberto Hernández junto con Horacio Quiroga son los dos mejores cuentistas que alguna vez haya dado la literatura uruguaya.


Entre 1947 y 1949 se publican Nadie encendía las lámparas y Las hortensias. Este es el período más prolífico en la obra de este escritor uruguayo que con una bizarra sencillez en sus palabras logró encender las lámparas dentro de una gran oscuridad reinante en la escena literaria de aquel entonces y de hoy en día. Sin lugar a dudas, un inescrutable de la literatura latinoamericana.



M.Dávalos.-



Felisberto Hernández (1912 – 1964) Otras obras: Fulano de tal (Miscelánea – 1925), Libro sin tapas (Cuentos – 1929), Por los tiempos de Clemente Colling (Novela – 1942), El caballo perdido (Novela – 1943), Las Hortensias (Cuentos – 1949), Tierras de la memoria (Novela – 1967).





7 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Gracias por mostrarlo.
No lo conocía.
Buscaré.

Saludos.

Tatuaje de Artigas dijo...

un grande Felisberto, lo descubri hace relativamente poco, disfrutable al maximo. Lástima que era de derecha(?).

Anglicano dijo...

No lo tengo leído a este escritor pero he escuchado muy buenos comentarios como este. Enhorabuena que así sea.

nihilist assault guerrilla dijo...

Pero no creo que solamente deba escribir lo que sé, sino también lo otro.

dice el narrador de Por los tiempos de Clemente Colling, gran novelita sobre un pianista, un viajante, un desclasado, tranvías, cosas raras o sencillas, casaquintas, la memoria y, como siempre, lo otro.
Los recuerdos vienen, pero no se quedan quietos.

así los cuentos.

hay además un libro hermoso del culé y español vila-matas, bartleby y compañía, donde un personaje enfurruñado clama que, en literatura, después de joseph roth y felisberto ya nadie enciende las lámparas.

gracias por el post.
saludos.

Anónimo dijo...

Muy bueno Duroc, grande Felisberto y sus hortensias.

Werty dijo...

No tenia ni idea de este escritor. Voy a buscar alguna cosa corta para leer a ver si me apetece.

Saludos!

Anónimo dijo...

Sos un grosso flaco. Felisberto fue una gran inspiración para García Márquez como Julio Cortázar. Por los tiempos de Clemente Colling es imprescindible.


Abrazo desde San Martín, Bs As!