martes, 17 de febrero de 2009

“Viva la Vida or Death and all his Friends”, de Coldplay. (Capitol, 2008).





Se escuchó de todo: que el álbum mainstream más esperado del año jugaría un papel preponderante en el futuro de la industria discográfica mundial (luego de la jugada actitud marketinera de Radiohead con su reciente disco In Rainbows), que Viva la Vida era el “Sargeant Pepper” no sólo de Coldplay, sino del nuevo siglo en términos melódicos, esto alimentado indirectamente por rumores con los mismos músicos como protagonistas acerca de “experimentar con nuevos instrumentos de viejas y remotas culturas”, y en parte a la imagen de vestuario ofrecida en el video de su nuevo single “Violet Hill” (la cual se asemeja mucho más a soldados del ejército francés de comienzos del siglo XIX). En fin, nada de esto es totalmente cierto y se sabe que sólo con eso no basta para semejante empresa. El cuarto álbum de la banda inglesa no es más de lo mismo, pero tampoco es de lo que se venía hablando. Lo que sí se sigue escuchando es que esta es una banda que genera o simpatía o total desdén, casi sin punto medio.

Brian Eno (ex Roxy Music, genio musical y productor de discos de bandas como Talking Heads, U2) es el elegido para manejar el timón en este disco, a la manera de Phil Spector. Pero no está solo, sino junto a otro productor, Markus Dravs, quien ha trabajado con bandas como Arcade Fire y hasta con la misma Björk. Una primera impresión de la reunión Eno-Coldplay puede sacar ciertas conclusiones a priori: Coldplay sigue en busca de su Joshua Tree o (más pretencioso) de su Unforgettable Fire. “Cemeteries of London” es un alevoso ejemplo de la influencia de guitarras y voz de la banda irlandesa. Las comparaciones son odiosas, pero cabe destacar que Coldplay siempre hizo un guiño sobre su dirección musical hacia el destino de los U2 que culmina en 1991 con su Achtung Baby! (donde el productor preferido de los irlandeses era Eno), y quizá por ello cierta crítica les tire a su blindaje por ese lado.

Musicalmente, Viva la Vida es su álbum más completo. Desde la influencia de cuerdas hindús en temas como la instrumental intro “Life in Technicolor”, o el sexto track “Yes”, hasta cierto crecimiento en estructuras creativas de temas que pronto devendrán obligados himnos de estadios como “Violet Hill” y “Viva la Vida”. “Death and all his friends” es el tema en el cual quizá se note lo que se denomina “la receta Coldplay”, apelando a esos trucos repetitivos de formato pop extra-large, con el esqueleto de los coros como premisa visceral, por los cuales la banda ha dado tanto que hablar en sus discos anteriores. Asimismo, hay quiebres en temas que generan atmósferas, como la de “Lovers in Japan/ Reign of Love”, o la misma “Yes”, que afortunadamente aportan. La guitarra finalmente ha tomado su lugar: Jon Buckland parece por momentos hasta correr a Martin en sus intromisiones en el piano. El batería Will Champion experimenta con ritmos tribales en “Lost!”, marcando el ritmo de lo que será un próximo hit. El bajista Guy Berryman, que ha sido clave en composiciones como “Clocks” del afamado A Rush of Blood to the Head (2002), o "Don't Panic", del Parachutes (2000), sigue estando presente, quizá hasta bajando un poco el perfil.

Pero donde el álbum convence musicalmente, fracasa en su mensaje político. Allí se pasa del romanticismo de la fachada, del arte visual del disco, para frustrar la idea en las letras de tinte “unificador”. Porque esto intenta desde la tapa misma de “La Libertad guiando al Pueblo”, de Eugène Delacroix, en ese afán de globalizar sentimientos más allá de la música, con el mensaje entrelíneas por momentos y gracias a letras del frontman Chris Martin, que en busca de amplitud queda en ecos molestos. A lo largo del disco, parece erigir una Torre de Babel en dirección a un “All you need is love”. No se logró. Dicen por ahí: el que mucho abarca, poco aprieta.

Coldplay es una banda que al arriesgar sabe cuál es su terreno y, a medida que se desarrolla el álbum, se nota que no hay ningún interés en perderlo. Viva la Vida no es un Family Man. Esto no quiere decir que no valga la pena la aventura.


M. Dávalos.-


Coldplay: Chris Martin (vocales, piano, guitarra), Jon Buckland (guitarra), Guy Berryman (bajo), Will Champion (batería, percusión).

Álbums: Parachutes (2000), A Rush of Blood to the Head (2002), Live 2003, X&Y (2005).


Video: "Life in technicolor II"



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